miércoles, 19 de enero de 2022

LA EDUCACION EMOCIONAL.

 La educación emocional o educación sentimental es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social.

¿Qué son las emociones?

La RAE define emoción como: un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social.

 Por otro lado, Francisco Mora, Doctor en medicina y Neurociencia, define las emociones de la siguiente manera: La emoción es ese motor que todos llevamos dentro. Una energía codificada en ciertos circuitos neuronales localizados en zonas profundas de nuestro cerebro (en el sistema límbico) que nos mueve y nos empuja “a vivir”, a querer estar vivos en interacción constante con el mundo y con nosotros mismos. Circuitos que, mientras estamos despiertos, se encuentran siempre activos, en alerta, y nos ayudan a distinguir estímulos importantes para nuestra supervivencia (Mora, 2012, p.14). Entendiendo que las emociones forman parte esencial de nuestra vida y nos impulsan de forma permanente en ella, pasaremos a indagar sobre otro concepto fundamental, las competencias emocionales. Las competencias emocionales deben entenderse como un tipo de competencias básicas para la  vida, esenciales  para  el  desarrollo  integral de  la  personalidad. Son  un  complemento indispensable del desarrollo cognitivo sobre el cual se ha centrado la educación a lo largo del siglo XX. La educación emocional se propone optimizar  el  desarrollo  humano; es decir, el desarrollo integral de la persona (desarrollo físico, intelectual, moral, social, emocional, etc. Existen 5 tipos de competencias emocionales fundamentales:

Conciencia emocional: Consiste en reconocer las emociones propias y de las demás personas.

Regulación emocional: Implica responder adecuadamente a las emociones experimentadas.

Autonomía emocional: Se refiere a la capacidad de que nos afecten demasiado de los estímulos externos, equilibrando sensibilidad e invulnerabilidad. 

Competencia social: Implica tener habilidades sociales que faciliten las relaciones interpersonales, ya que están relacionadas directamente con las emociones. 

Habilidades de vida para el bienestar: Consisten en un conjunto de habilidades, valores y actitudes que contribuyen al bienestar personal y social. 

Con esta breve revisión del concepto de educación emocional, que esperamos seguir profundizando, invitamos a familias, profesorado, instituciones y comunidades en general a aprender, promover y valorar este ámbito educativo, tan necesario para el desarrollo y bienestar de nuestra sociedad.

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